EL HALLOWEEN

El "Halloween" o noche de brujas, es una de las fiestas más populares de los Estados Unidos. Se estima que anualmente más de 6 billones de dólares se gastan con motivo de esta fiesta, convirtiéndola en la segunda celebración comercial del país, sólo superada por la Navidad.

Su origen se remonta a hace más de 2000 años, en la antigua cultura celta. El 31 de octubre, el pueblo celta conmemoraba el fin del verano y el fin del año, en su celebración más importante, conocida como Samhain. Para los celtas, este día marcaba el fin del verano y de la época de cosecha, y el comienzo del oscuro y frío invierno. Por este motivo, la noche del 31 de octubre marcaba un puente entre la luz y la oscuridad, el calor y el frío, la vida y la muerte.

Fusión de culturas

Al conquistar territorio celta, los romanos unificaron en el 31 de octubre las celebraciones del Samhain con otros dos festivales que se acercaban significativamente: la Feralia, momento de conmemoración a los muertos, y las fiestas en honor a Pomona, diosa de las frutas y los árboles, relacionada con la abundancia en las cosechas. De esta forma, nuevos elementos se incorporaron a la festividad para enriquecerla.

En el año 732, el papa Gregorio III designó el primero de noviembre como el día de Todos los Santos, con la intención de reemplazar las prácticas paganas por una celebración cristiana. La celebración fue denominada en inglés "All-Hallows Day" (o día de todos los santos), y por tanto, la víspera se empezó a conocer como "All-Hallows Eve". De allí, la economía lingüística y la ley del menor esfuerzo, derivaron en el término “Halloween”.

El primero de noviembre se continúa celebrando el día de todos los Santos en el mundo cristiano, pero pese a las intenciones originales de la Iglesia, el Halloween persistió a la largo de la historia.
Llegó a Norteamérica con los inmigrantes irlandeses en los años 1845 al 1849, y desde ese momento se ha propagado en mayor o menor medida a casi todo el Occidente.
Algunos ritos

• Los Druidas, antiguos sacerdotes celtas, construían inmensas hogueras durante esta noche y se dedicaban a hacer predicciones y a dar gracias por las cosechas. El resto de los habitantes apagaban el fuego en sus casas para que estuvieran frías y poco acogedoras mientras salían a las calles, vistiendo disfraces, máscaras o pieles de animales para engañar a los espíritus malignos que durante el Samhain deambulaban por el mundo de los vivos. Además, rendían homenaje a los difuntos, para quienes dejaban dulces y velas encendidas en las puertas de las casas y a lo largo de los caminos, para iluminar y hacer más llevadero su camino de regreso al mundo de los espíritus.

• En Norteamérica, es costumbre tallar a mano calabazas huecas, rostros con expresiones cómicas o monstruosas y luego colocar una vela encendida dentro de la “cabeza” esculpida. Este objeto singular se conoce con el nombre de “Jack-o’-Lantern”. La tradición de tallar vegetales comenzó en Irlanda y Gran Bretaña, donde los más comunes eran los nabos y las remolachas. El nombre “Jack-o’-Lantern” hace referencia a la leyenda inglesa de Jack el Tacaño quien hizo un trato con el Diablo para no ir al Infierno. Al morir, sin embargo, tampoco fue aceptado en el Cielo por su conducta cuestionable, por lo que su alma quedó atrapada en forma de luz en un nabo, su comida preferida.

• La costumbre de pedir golosinas se remonta a una tradición cristiana de la Edad Media. Según ésta, el 2 de noviembre, “Día de los muertos”, los antiguos cristianos iban de casa en casa pidiendo tortas de pan con pasas, también conocidas como “soul cakes” o “tortas del alma”. A cambio, el solicitante prometía oraciones a favor de los difuntos familiares de quienes ofrecían el obsequio.

• Durante el siglo XVIII, las mujeres de los Países Bajos celebraban múltiples rituales en Halloween con la finalidad de asegurarse maridos. Herederos de la diosa Pomona, durante esa noche, las jóvenes casamenteras llevaban a cabo interesantes ritos con frutos tales como lanzar al fuego nueces representando a los candidatos para maridos. La nuez que se hiciera cenizas primero representaría al futuro marido. Otra tradición femenina era la de dejar caer la piel de una manzana sobre el hombro de la casamentera para luego leer en la piel que había caído al piso las iniciales del futuro marido. En Escocia se siguen celebrando rituales de este tipo durante esta fecha.