06 diciembre, 2010

CARAVACA - MISTERIO ABIERTO


La Santísima y Vera Cruz de Caravaca es un "lignum crucis", es decir, un fragmento de la verdadera cruz en la que Jesucristo fue crucificado. Se conserva en un relicario con forma de cruz patriarcal de doble brazo horizontal (de 7 cm el superior y de 10 cm el inferior) y de uno vertical (de 17 cm) que se exhibe en la Basílica del Real Alcázar de la Vera Cruz en Caravaca de la Cruz (Región de Murcia, España).
Según la leyenda, la Cruz –originalmente perteneciente al primer patriarca de Jerusalén tras la conquista de la ciudad a los musulmanes–fue milagrosamente traída al castillo santuario de Caravaca por dos ángeles, los cuales también forman parte de la imaginería que compone la cruz.
Dominaba entonces en la taifa de Murcia el reyezuelo Benahud, quien extendía su poder por gran parte de El Andaluz. Como llegase a Caravaca una partida de cautivos cristianos, el reyezuelo preguntó al clérigo Ginés Pérez Chirinos, que venía entre ellos, cuál era su oficio. Respondiendo éste que lo suyo era celebrar misa, el reyezuelo mandó se aparejara lo necesario para satisfacer su curiosidad sobre el ritual cristiano. Al decir el sacerdote que precisaba de un crucifijo para tal menester, aparecieron dos ángeles que, transportando el relicario con el lignum crucis, lo colocaron sobre el improvisado altar. La milagrosa aparición hizo que el reyezuelo y toda su corte se bautizaran. Once años después de la aparición de la Santa Cruz, el reino murciano pasó al vasallaje del rey castellano Fernando III el Santo (1243-1244). La Cruz sirvió de bandera y talismán contra ulteriores ataques musulmanes, en especial los llevados a cabo por Alhamar el Nazarita, rey de Arjonay Granada. Con ello, Caravaca se consolidaría como bastión de la frontera hispano-árabe.

La devoción a la Cruz de Caravaca fue extendida por todo el orbe cristiano –incluidas Polonia, Francia, Alemania, Inglaterra, etc. –merced a la Compañía de Jesús. En partes de América la Cruz es usada en rituales de santería, vudú, candomble, palo y otros ritos sincréticos, principalmente entre descendientes de esclavos. La Iglesia reprueba dicho uso. Durante la invasión napoleónica, la Cruz permaneció oculta por miedo a la rapiña que caracterizó a las salvajes tropas francesas. La Cruz fue objeto de robo sacrílego en 1934. Los ladrones sólo hurtaron la sagrada astilla, dejando abierto el relicario cruciforme. Jamás se descubrió la autoría del hecho. Tras la guerra civil española, Pio XII concedió a Caravaca un nuevo lignum crucis (procedente asimismo de la cruz original de Jesús de Nazaret). Era el año de 1945. La ciudad celebró con grandes fiestas el restablecimiento de la reliquia.
La Cruz de Caravaca entrega protección contra todo tipo de males, protege al hogar y a sus habitantes, rechaza el mal de ojo y los daños. Su poder defensivo es ilimitado. Sin embargo, como sucede con los amuletos y talismanes, existe una forma para potenciar su influencia.
Debemos tener en cuenta que se trata de un objeto, que fue adquirido en un local comercial o lo recibió de regalo, en esos casos antes de usar la cruz como objeto personal conviene hacer un ritual para purificarla. También puede suceder que haya perdido fuerzas con el tiempo. Las causas pueden ser muchas, descuido, desuso, mudanzas, que haya estado al contacto de otras personas etc.

En cualquier de estos casos antes de recibir su ayuda deberá de bendecirla y devolverle su fuerza original.

Primer paso: Suplica a Santa Ana.

Es recargar la cruz, es decir, elevar una oración a la Madre de la Virgen María. Para rezar, sostenga la cruz en su mano derecha cerrando el puño con la cruz sobre su pecho cerca del corazón y decir lo siguiente:
” Ana, Ana, Madre de la Santa Madre, Abuela del Divino Niño,
Al igual que la luz que en Belén se mostró a los santos de corazón,
Te pido que intervengas.
Que por tu intermedio, el Señor pose su mirada sobre est
Santa Cruz, y me brinde amparo.
Que la luz de tu Santo Nieto
Ilumine mi corazón. Que así sea.”

Cuando finalice la oración encienda dos velas blancas y ponga la cruz al medio de las dos velas y dejar hasta que se consuman totalmente. Luego retire la cruz, que ya estará lista para la segunda parte del ritual.

Segundo Paso: Bendición casera para Recargar la Cruz

Un paso fundamental para potenciar el poder de los símbolos sagrados es la Bendición.
Para ello, solo se necesitará agua bendita y su cruz.

Trabaje en una mesa despejada, ponga al centro la Cruz de Caravaca, se debe quedar recostada sobre una de sus caras. Tome el agua bendita, moje un dedo de su mano derecha y trace un círculo alrededor de la cruz. Dibuje la circunferencia en sentido horario (a igual dirección que las agujas del reloj). Concentre sus pensamientos, cuando el círculo de agua se haya secado, debe de dar vuelta la cruz, para que la otra cara quede a la vista. Vuelva a trazar el círculo protector de agua bendita. Cuando se haya secado diga lo siguiente:

” Agua Santa,
Que ahuyentas el mal
Y todo lo transformas en Bien,
Devuélvele a mi cruz,
Su pureza original, para que brille
Sobre mi corazón como una estrellas de bondad. Así sea”

A continuación persígnese y retire la cruz de la mesa.
Si la bendición esta echa por un ministro de Dios con agua bendita, ya de por si está preparada para cubrirnos de todo mal.

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