16 diciembre, 2010

EL AURA

El Aura
kirlian



 El aura, del griego aire o brisa, es el campo electromagnético que envuelve a todos los seres vivos, y que se ve influenciada directamente por el estado físico, mental y emocional de cada individuo. En ella, se refleja la personalidad y las situaciones que experimentan las personas. Aquellos que la han visto la describen como un halo de luz que emana del cuerpo, de colores y sin límites definidos.

En 1939, los soviéticos Semyon y Valentina Kirlian descubrieron por accidente el campo magnético del cuerpo humano cuando trabajaban en su laboratorio. Reparando un equipo médico, se dieron cuenta de que una descarga eléctrica entre un electrodo y partículas de piel humana producía cambios en el color. Así, lo que hicieron fue fotografiar dicha descarga colocando directamente la placa sobre la piel. De esta manera, surgió la herramienta científica para captar el aura: la cámara Kirlian.

Sin embargo, si no se cuenta con este aparato existen otros métodos. Los especialistas afirman que no se necesita ser vidente para observar el aura, sólo hace falta un poco de práctica y concentración.

Trucos para ver el aura

Lo primero que se debe hacer es tener mucha paciencia, pues en ocasiones son necesarios meses de ejercicios para lograr ver el aura. Los principiantes suelen ver al inicio colores como el amarillo y el blanco, poco a poco serán capaces de distinguir tonos más brillantes.

Para iniciarse en esta actividad, los especialistas recomiendan intentar ver el aura de las manos, pues en ellas se concentra mucha energía.

si se desea aprender a observar el aura de los demás es recomendable hacerlo en un lugar cerrado con luz ambiental. Cualquier resplandor o halo que se observe forma parte del aura

He aquí una interesante definición del aura que nos permitirá desarrollar algunos aspectos principales: El aura cambia de color en el curso de la evolución psíquica, pasando de un violeta muy subido a un blanco más puro en los estados más avanzados.

El Aura
 “Toda materia, toda forma de vida, ya sea átomo, piedra, hombre o planeta, se baña en un océano de fuerza y de energías divinas; de este modo, un ser humano, al igual que una simple piedra, emite una radiación a la que llamamos aura.”

Esta radiación, que proviene del ser real y de sus diferentes apariencias, fue puesta en duda durante mucho tiempo por la Ciencia. Sin embargo, hoy en día, la Ciencia ha progresado lo suficiente como para adquirir pruebas irrefutables que constatan lo que los místicos del pasado sostuvieron siempre: que existe alrededor de los cuerpos vivientes un resplandor que puede ser percibido, y actualmente medido, gracias a ciertos aparatos altamente perfeccionados. La fotografía de un aura no hace ya sonreír a nadie, pues se trata de la fotografía de ese resplandor. En un futuro próximo, aparatos aún más perfeccionados ayudarán a percibir su actividad vibratoria y cambiante.

Resplandores del alma

En la historia religiosa de los pueblos no faltan ejemplos que se refieren a los beneficios del aura de los santos y de los yoguis, pues muchas curas han sido realizadas con la única presencia del enfermo en el aura poderosa de un maestro. Recordamos especialmente la curación obtenida por aquella creyente que, con sólo tocar el manto de Jesús, se sintió curada. NO niego en absoluto la posibilidad de curación psicosomática donde la fe es el elemento esencial, pero sería desconocer los poderes del aura atribuir solamente todas las curaciones a la fe como único soporte.

He aquí una interesante definición del aura que nos permitirá desarrollar algunos aspectos principales:
"Aura: campo magnético o eléctrico que rodea especialmente el cuerpo animal y que contiene colores debidos a la frecuencia vibratoria de la energía de este campo. Semejante energía se debe al desarrollo psíquico y a las fuerzas vitales del cuerpo. El aura cambia de color en el curso de la evolución psíquica, pasando de un violeta muy subido a un blanco más puro en los estados más avanzados. El aura es visible en ciertas condiciones y ha sido fotografiada. Puede afectar ciertos instrumentos cuya receptividad ha sido perfectamente regulada. Toda célula viviente tiene su aura y lo mismo ocurre con grupos de células."

El aura es la consecuencia de ciertas energías en actividad en nuestro campo de conciencia. Estas energías, provenientes del Sol o del alma, están contenidas en el hombre gracias a sus centros psíquicos; cuando éstos son activos, el aura lo es también. Los centros determinan la naturaleza y calidad del aura. Cuanto más elevados son los centros activos, más amplio y benéfico es el resplandor del aura. Aparte del aura del Espíritu, cuya vibración es percibida solamente en el momento de las últimas iniciaciones, existen tres fuegos cuya fusión compone el aura humana:

El resplandor espiritual del alma, cuyas frecuencias vibratorias pueden ser percibidas solamente por iniciados avanzados.

la resplandeciente luz dorada del cuerpo etéreo o vital alimentado por el centro del bazo.

La luz sombría que indica la luz latente escondida en el seno del átomo.

El desarrollo del aura depende pues, de la actividad normal y unificada de estos tres fuegos.

Colores y estados internos

El aura menos elevada es llamada aura de salud. Cuando un ser humano no está sano, posee una acumulación de energía vital, encontrada en la alimentación, en la bebida y en la respiración, la cual irradiará unos cuatro o cinco centímetros sobre la superficie de su cuerpo. El clarividente visualiza el aura de salud bajo la forma de líneas derechas que van de la superficie del cuerpo en todas direcciones. Cuando un órgano está enfermo, el lugar donde está situado irradia más débilmente, volviéndose borrosos los rayos de luz.

El resplandor del cuerpo astral o emocional es mucho más sutil. Se extiende también alrededor del cuerpo físico; sus vibraciones son muy sensibles a todo lo que afecta la naturaleza emocional (pasiones, deseos, odios, etc.). Esta emanación puede tener de veinticinco a cuarenta centímetros.

El resplandor del cuerpo mental es mucho más amplio que el del cuerpo astral. La frecuencia vibratoria de este aura depende sobre todo del grado de desarrollo intelectual. Se constata que cuanto más elevada es la inteligencia cósmica, más pura y esplendorosa se vuelve el aura mental del sujeto.

La unión y armonía perfecta entre estas tres auras estimulan el aura elevada del alma; al fusionar las cuatro en un mismo fuego que consume y transfigura, el iniciado experimenta un estado ideal del espíritu.

ESTRUCTURA ENERGETICA DE LOS COLORES

colores emitidos al momento de realizar los cantos tibetanos
Rojo: Actividad, fuerza de voluntad, emociones expresivas y gran vitalidad. Al rojo le gusta la pelea y el desafío; un rojo intenso significa hiperactividad.

Naranja: Creatividad, potencial artístico, inteligencia activa. Vibra más lentamente que el rojo y combina actividad y pensamiento.

Amarillo: Actividad a nivel mental. Indica condiciones óptimas para un perfecto funcionamiento de nuestra capacidad intelectual.

Verde: Señala el centro y el equilibrio.

Azul: Seguridad, tranquilidad. La mente puede penetrar en dimensiones más elevadas del ser, gracias a que el cuerpo vibra más lentamente.

Violeta: Búsqueda de soluciones mágicas y místicas. Intuición, transformación. Este color señala una energía psíquica muy sutil que rechaza la violencia y la confrontación.

Blanco: Espiritualidad, actividad mística, concentración, energía.

Un ejercicio sencillo consiste en sentarse en un lugar de luces suaves, totalmente relajado, y con una hoja de papel. La idea es poner la mano con los dedos separados sobre ésta y mirar fijamente la punta de los dedos y los bordes de la mano. Si se está bastante relajado, se logrará observar una especie de niebla transparente y de poco grosor alrededor. La práctica continua de esta actividad permite a la larga observar el aura; pero es importante destacar que sólo debe hacerse de 5 a 10 minutos al día durante el período de aprendizaje, pues los ojos tienden a cansarse.

Por otra parte, si se desea aprender a observar el aura de los demás es recomendable hacerlo en un lugar cerrado con luz ambiental. Lo mejor sería que la habitación contara con unas paredes blancas o de un color uniforme. Las personas pueden situarse una frente a la otra, con una separación de 2 ó 4 metros, en un cómodo sofá o silla. Luego, deben relajarse y centrar la mirada en el entrecejo del otro, intentando a la vez observar el resto de su cuerpo. Si se hace complicado, se puede empezar por ver su mano. Cualquier resplandor o halo que se observe forma parte del aura.

Otros sitios apropiados para realizar este ejercicio son cafeterías, bares, restaurantes, salones de conferencia y salas concierto, entre otros; pues la luz de los bombillos alógenos permite ver con más claridad el aura, que la luz natural de los espacios abiertos.

En los colores la vida

Los colores y la intensidad de los destellos del aura tienen un significado especial, y pueden revelar cualidades y defectos, situaciones de tensión y enfermedades antes de que se presenten los síntomas.

Los tonos del aura no son como los colores ordinarios, suelen ser traslúcidos, más variados y de mayor cantidad de matices. Las personas generalmente tienen uno o dos colores dominantes, que en la mayoría de los casos constituyen sus colores favoritos. Sin embargo, si la persona está pasando por un momento difícil o lleno de estrés su aura reflejará un tono distinto.

A medida que el individuo evoluciona y crece espiritualmente los colores de su aura cambian; los expertos afirman que entre más limpia y luminosa sea su aura mayor habrá sido su avance espiritual. Igualmente, señalan que la uniformidad de dicho campo energético refleja el equilibrio y estado de salud que posee.

Los principales colores que puede presentar el aura son:

• Aura de color Azul: es propio de personas honradas, positivas, joviales, calmadas, sinceras, y con gran seguridad en sí mismas. Estos individuos suelen ser muy espirituales y generalmente cuentan con buena salud. No obstante, las auras de azules apagados pueden relacionarse con estados de depresión, melancolía o malhumor. Leer más

• Aura de color Violeta: es la espiritualidad y el amor incondicional en su máxima expresión. Se trata de seres prácticos, que saben lo que desean lograr en su vida. Leer más

• Aura de color Rosa: la tonalidad que tienen los amantes del arte, la belleza y de lo místico; las personas humanitarias y compasivas, que han alcanzado el equilibrio entre lo material y espiritual. Si se trata de un rosa oscuro, el individuo puede tender a ser inmaduro. Leer más

• Aura de color Rojo: caracteriza a seres pasionales y afectuosos, con espíritu de liderazgo y ganas de vivir. Se relaciona con personas fuertes, de ego elevado, que desean alcanzar el éxito en el mundo material. Generalmente son nerviosos, impulsivos y egoístas. Leer más

• Aura de color Amarillo: aquellos que tienen este tono predominante en su aura suelen ser creativos, optimistas, alegres, de gran sentido del humor y rapidez mental. Leer más

• Aura de color Bronce: tienen un corazón muy puro y siempre van por la vida con las mejores intenciones. Su inocencia es casi una inocencia infantil y eso a veces les puede traer algún problema ante personas no tan puras como ellos. Leer más

• Aura de color Naranja: emana de individuos considerados, creativos, cordiales, solidarios, llenos de energía y con muchas ganas de vivir. Si el naranja es apagado, es posible que el individuo sea avaro, materialista y egoísta. Leer más

• Aura de color Verde: es el color de la simpatía, la calma, la confianza, el sosiego y la tranquilidad. Está directamente relacionado con dotes para la sanación y la creatividad. Sin embargo, el verde oscuro es sinónimo de celos e inseguridad. Leer más

• Aura de color Blanco: estas personas suelen amar la verdad, la paz, la armonía y la espiritualidad. Generalmente, son idealistas. Leer más

• Aura de color Índigo: es una persona cariñosa y muy comprensiva, son personas muy intuitivas y aunque también muy lógicas. Como contrapartida el individuo con color índigo puede llegar a convertirse en el perfecto manipulador. Leer más

• Aura de color Dorado: el individuo con color dorado siempre aspira a las metas más elevadas. Es incapaz de ir por la vida sin un objetivo que muchos considerarían imposible. Como contrapartida el individuo con color dorado puede llegar a exigirse mucho así mismo. Leer más

• Aura de color Plateado: tiene el don de la creatividad y su poder mental es muy fuerte, pero le falta saber canalizarlo correctamente, es el más idealista de todos. No es una persona muy activa y eso le puede traer problemas incluso de salud. Leer más

• Colores oscuros: negro, gris y marrón son tonos que reflejan desequilibrios emocionales o dolencias físicas. Individuos con estas características suelen estar llenos de ansiedad y angustia, lo cual se traduce en comportamientos superficiales y agobiantes.



















 

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