05 diciembre, 2010

ORACIONES MAGICAS PARA DIVERSOS DOLORES Y AFLICCIONES

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha creído que la magia le permitirá dominar lo incontrolable e impredecible: la fuerza de un huracán,los ríos que se desbordan sembrando la muerte a su paso, la devastadora enfermedad, las pasiones humanas, los azares del porvenir, etcétera.La magia suele servirse de ciertas palabras, que supuestamente tienen la capacidad de alterar el orden común de las cosas. Pertenecen a un saber específico, tradicional, manejado y preservado por el chamán,hechicero o curandero. Sus poderes no se cuestionan, teniéndose por cierto que pueden desviar la acción maléfica de los dioses, extraer enfermedades incrustradas en el cuerpo humano, “barrer” las desgracias que aquejan a los hombres, purificar el alma, dar protección...; en fin,sus alcances parecen ilimitados.
En México es común que se incluyan textos con cualidades maravillosas en las creencias mágico-religiosas. Casi siempre se les identifica con el nombre de oraciones, y gozan de una amplia aceptación en nuestro país, pese a que no han sido autorizadas por la Iglesia. Su contenido se caracteriza por mezclar elementos profanos con preceptos de la religiosidad católica. Es muy fácil adquirirlas, pues se venden en los mercados tradicionales y en las tiendas departamentales, lo mismo que en las puertas y los atrios de las iglesias. Hay establecimientos donde abundan, ya que se especializan en la venta de diversos productos mágicos.
Tal es el caso del famoso mercado de Sonora,ubicado en la zona centro de la ciudad de México, donde se puede encontrar remedio para casi cualquier dolencia o padecimiento, sea “mal de ojo”, enamoramiento o reumatitis. Las curas que se proponen pueden ser desde jabones y yerbas mágicas hasta estampitas de santos, acompañadas de su respectiva oración. Si bien útimamente se ha mejorado la impresión de las oraciones mágicas, lo más común es que se impriman en papel de muy baja calidad o bien, que la edición presente palabras mal escritas, letras faltantes,imágenes saturadas de tinta, etcétera. Debido a que se acostumbra llevar el texto entre los objetos personales(bolsa, cartera, bolsillos interiores de la ropa), todas las oraciones se imprimen en pequeños formatos y, recientemente, se venden forradas de plástico para que resistan mejor el trajinar cotidiano. Otro aspecto se deriva del hábito de portar la oración: son palabras mágicas, instrumentos prodigiosos; sus influjos, por tanto, se manifiestan aun sin la ecitación. De hecho, en algunos de estos textos se especifica que funcionan omo amuletos o talismanes, es decir, son objetos portátiles que radian poderes, ya sea de protección, ya de atracción.Cualquiera que sea su función, se acostumbra recitar la oración en voz alta. Es frecuente que el creyente la recite ante la imagen que acompaña al texto y, al final, para sacralizar el momento, rece plegarias canónicas,como el Padrenuestro y el Avemaría, lo cual, por cierto, a menudo  está indicado en las oraciones impresas. La Iglesia  catolica poco ha hecho para impedir la comercialización y el uso de estas plegarias. Independientemente de las causas de tal inacción,no creo que sea fácil arrancar costumbres que datan de muchos siglos atrás. Las oraciones que aquí nos ocupan son una herencia de las traídas a México por los españoles, que han perdurado a través del tiempo,incrustándose en las tradiciones populares. A esto debemos añadir que las oraciones mágicas resuelven —o pretenden resolver— problemas cotidianos y apremiantes que, como parte de la vida misma,son  importantísimos para las personas que depositan su fe en estas plegarias.

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